Escribe: Hugo Marcelo Balderrama

“Al Cesar lo que es del Cesar”

OPINIÓN | 9 Feb 2018

En los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), existe un episodio, donde Jesús sostiene una charla con unos fariseos y sus discípulos, estos últimos, preguntaron la legitimidad de pagar tributos a Roma. Jesús responde: “Dad al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios”, dejando sin argumentos a los tramposos y mal intencionados fariseos. 

La brillante argumentación de Jesús hoy es usada por muchos cristianos para justificar un silencio ante las tiranías políticas. Pero: ¿Es correcta esa hermenéutica que nos convierte en cómplices silenciosos? No, de hecho, la enseñanza es totalmente diferente. 

Para la época de Jesús, Roma había dejado de ser una república, para pasar a ser un imperio y, obviamente, tenía las típicas dificultades de todo imperio (gasto estatal, corrupción en la justicia, destrucción de la riqueza e inflación). El economista Fernando Díaz Villanueva, nos relata, que malear la pureza del metal, era el método inflacionario de ese entonces. Para la época del relato (70 años antes de la destrucción del templo), el dracma ya había perdido un sexto de su valor, entonces, darle una moneda devaluada al Cesar, era igual a darle nada.

El Dr. Augusto Zimmermann, en su obra “Fundamentos Cristianos del Imperio de la Ley en Occidente: Legado de libertad y resistencia contra la tiranía”. Explica que Dios delega su autoridad en los gobernantes, pero eso no implica ni justifica que estos tengan licencia para abusar. Recuerda que en la Biblia, las parteras se negaron a obedecer la orden del faraón para matar a los niños hebreos; y en el libro de Daniel se narra de tres jóvenes que desobedecieron al rey Nabucodonosor cuando les ordenó adorar su imagen, y que Daniel se negó a obedecer al rey Darío cuando prohibió orar a todo dios u hombre salvo a Darío. En el Nuevo Testamento, a los Apóstoles el Sanhedrín les ordenó no predicar a Cristo, pero se negaron, incluso si tal negativa resultase en detención y/o ejecución.

Las enseñanzas políticas de la biblia, deben entenderse como un todo, separar pasajes de manera aislada es incorrecto y nos hace arribar a conclusiones erradas. Entonces: ¿Qué modelo de gobierno prescriben las sagradas escrituras? Fácil, un gobierno limitado en poderes, recursos y funciones. Sí señores, los principios del liberalismo clásico son bíblicos.

Siento mucha pena, por aquellos pastores que usan la biblia, para apoyar cualquier gobierno (aun los que son contrarios a la escritura). Es hora que la iglesia recupere su misión de ser “Sal y Luz para la humanidad”.

/*HUGO BALDERRAMA ES ECONOMISTA MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA/

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