TRES VOCES RESPONDEN A LA PREGUNTA ¿QUÉ VIENE LUEGO DEL 21F PARA LA DEMOCRACIA BOLIVIANA?

Esta casa periodística apeló al criterio de tres columnistas colaboradores: Diego Ayo, Andrés Gómez e Iván Arias

El Cambódromo vivió una víspera de 21F lleno de compromiso y tecnología / LOS TIEMPOS

POLÍTICA | 27 Feb 2018

VISOR BOLIVIA / Redacción Central.- La pregunta que ronda en todos los analistas políticos es ¿qué viene luego del 21F? y VISOR BOLIVIA toma tres puntos de vista de columnistas de este medio de comunicación para hacer una evaluación y proyección en la primera semana después, de aquel evento de pugna ciudadana entre democracia y autoritarismo

Las movilizaciones ciudadanas a favor y en contra de la repostulación del mandatario Evo Morales a las elecciones generales de 2019, impedida por el candado del referendo constitucional de hace dos años, marcó la coyuntura política y social el mes que termina.

El oficialismo aprovechó la fecha del 21F para hacer la proclamación anticipada de su candidato, considerado por la militancia del MAS y sus aliados corporativos como el único garante de unidad y de continuidad del proceso de cambio rumbo a la Agenda Patriótica de 2025.

Para los oficialistas la sentencia constitucional 084/2017 del Tribunal Constitucional Plurinacional, que declaró preferentes los derechos políticos de las autoridades electas por encima de la Constitución Política del Estado, es suficiente argumento para la habilitación de Morales a una quinta elección general consecutiva, tres en ejercicio de la Presidencia del Estado.

Al otro extremo, en una Bolivia polarizada como nunca en sus 35 años de democracia consecutiva, se concentran colectivos ciudadanos, activistas políticos y militantes de oposición, que exigen respeto al resultado del 21F que le dio a la opción de "no modificar" el artículo 168 de la CPE, referido a los periodos de reelección presidencial, 51,3% de los votos.

En ese contexto, este medio informativo consultó con el politólogo Diego Ayo, quien puntualizó escenarios complejos para este año y medio preelectoral.

Ayo considera que el 21F se ganó una batalla, pero no la guerra democrática y ante ello se vienen varios golpes desde el régimen contra la resistencia ciudadana, incluyendo las voces críticas en los medios de comunicación.

El MAS comenzó su etapa final de toma del poder primero anulando el voto del soberano expresado el 21F; segundo, modificó e invalidó la CPE mediante una interpretación de un ente sin esa capacidad; y tercer, desechó el concepto de democracia mayoritaria con la elección de magistrados con porcentajes mínimos y por debajo del voto nulo y voto blanco. Todo a finales de 2017.

En la perspectiva de 2019, Ayo ve otro riesgo en una maniobra de desestabilización del Tribunal Supremo Electoral, que ya anunció que definirá el cumplimiento del resultado del referendo de 2016 en la convocatoria a los comicios nacionales previsto entre mayo a junio del año entrante.

La presidenta electoral Katia Uriona podría ser desplazada y en su lugar colocar a un titular ligado al MAS.

Empero, si Morales queda inhabilitado por el TSE, entonces el MAS tendrá la posibilidad de ser oposición férrea para hacer inviable al nuevo Gobierno democrático o ganar con otro candidato que no logre mayoría ni dos tercios. En ese caso, apelarían al modelo chavista de anteponer una Asamblea Constituyente a la Asamblea Legislativa nuevamente en el afán de desestabilizar y anulara la oposición.

“Los tres rasgos de la democracia boliviana, citando a Fernando Calderón, la democracia electoral, la democracia callejera y la democracia del abismo están en peligro. La primera no ha sido respetada por el MAS, la segunda se ha ganado en su propio campo pero esto desencadena una guerra de baja intensidad, y la tercera de decir que el boliviano al borde del precipicio siempre termina dándose la mano, acá los masistas no lo harán jamás, no van a pactar, quieren confrontar”.

Para el régimen el 21F es el "día de la mentira" por el caso Zapata / QUESTION DIGITAL

El periodista Andrés Gómez se hizo la misma pregunta sobre el futuro cercano rumbo a los comicios de 2019, con un candidato masista proclamado sin mayor trámite constitucional.

Gómez realiza una exposición sobre el valor de la democracia en el país y recuerda que Morales ya comprometió dejar el poder varias veces, incluso con los pactos políticos que viabilizaron la aplicación de la Carta Fundamental en el nuevo Estado Plurinacional.

Sin embargo, si el mandatario persiste en su intento de perpetuarse en el poder, asumiendo una victoria en la elección general, Morales solo saldrá como Fidel Castro en Cuba en una suerte de presidencia vitalicia, al puro estilo de dictadores africanos como Teodor Obiang Nguema, recuerda Gómez.

En esa línea, la movilización ciudadana es indispensable para medir la conciencia de Morales, pero el gran dilema se presentará en los vocales del Tribunal Supremo Electoral que “enfrentarán el enorme dilema a la hora de las habilitaciones de las candidaturas”.

Por su lado, el analista y activista Iván Arias, valoró las manifestaciones ciudadanas de resistencia a la imposición del MAS y un Tribunal Constitucional por demás alineado a las estrategias de la cúpula del régimen.

En ese marco, Arias plantea cuatro pasos posteriores al 21F, en lo político, legal, económico e internacional.

En el ámbito político espera que la colectividad movilizada baje toda mezquindad y se articule una fuerza que sea más efectiva. En lo legal prevé una arremetida judicial como un nuevo Código del Sistema Penal para afectar libertades como la movilización callejera. En lo económico plantea seguir denunciando la gestión de despilfarro, sobreendeudamiento y reducción de recursos que en 12 años está colocando al país en una posición riesgosa.

Finalmente, Arias habla del campo internacional con las denuncias a la sentencia constitucional ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero sin dejar de lado el tema marítimo con el cual Morales activará una campaña mediática para “chantajear” a la población con su caudillismo para volver al mar. “Debemos acabar ante el mundo con la imagen del indiecito buenito que es odiado por unos bolivianos racistas que el régimen sigue vendiendo en el exterior”.

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