FISCALÍA AHORA HABLA DE 'MÓVIL PASIONAL' COMO DETONANTE DE MORTALES EXPLOSIONES EN ORURO

Concubino de la hija de la vendedora de comida es el sospechoso. Los familiares del sindicado niegan tal extremo y ven vicios procesales

Primera explosión acabó con ocho miembros de la familia Gutiérrez / MONTAJE / AP

SEGURIDAD | 27 Mar 2018

VISOR BOLIVIA / Redacción Central.- Juan Carlos Herrera es el nombre del sujeto que este martes fue aprehendido luego de prestar su declaración ampliatoria en la Fiscalía de Distrito dentro del caso de las explosiones del carnaval de Oruro. El Ministerio Público gira el rumbo de la investigación hacia un presunto móvil pasional como causa de la tragedia que dejó 12 personas muertas.

El sábado de carnaval, mientras el baile inundaba las calles y avenidas de la capital del folklore, a las 18:30 se producía una fuerte explosión en la calle Bakovic donde se habían asentado decenas de puestos de venta. 

Luego de que pasó la humareda y el fuerte retumbar de la onda expansiva, se reveló un macabro registro con cuerpos mutilados y cercenados alrededor de un puesto de venta de chicharrones, carne de cerdo cocida en peroles. Toda una familia había perdido la vida en fracción de segundos.
La dueña del puesto, mujer de la tercera edad, estaba acompañada de sus allegado, entre ellos su hija y su nieta, ambas fallecidas, que resultaron ser la familia de Herrera.

Este martes, luego de prestar su declaración, el sujeto fue aprehendido y trasladado a celdas judiciales en espera de la imputación formal y audiencia de mañana. Las figuras que maneja la Fiscalía son feminicidio, asesinato y lesiones graves.

El fiscal Juan Villarroel, en declaraciones a medios locales, explicó que existen indicios sobre la participación de Herrera en el siniestro, pues se lo vio “caminar muy tranquilo” en la escena del crimen sin tratar siquiera de auxiliar a su pareja e hija.

“Podríamos tratar de un móvil pasional y algunas reacciones que se han referido a la investigación”, dijo el funcionario.

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Sin embargo, la familia del vecino orureño de 27 años, de oficio carpintero, niega que esta haya tenido esa sangre fría para matar a toda una familia, incluyendo a su pequeña hija quien había celebrado su último cumpleaños días antes del siniestro.

En declaraciones a Unitel, familiares de Herrera negaron que el sindicado sea autor de los hechos. Su primo dijo que no ayudó a la familia Gutiérrez porque estaba en shock. Acusó además a la Fiscalía por no transparentar la investigación. “Se han cometido varios vicios procesales, por ejemplo no nos han dejado ver el cuaderno de investigaciones”.

El móvil pasional que maneja la Fiscalía se resume en la presunta relación que tendría Herrera con la hermana de su concubina, sobreviviente de aquella primera explosión que tuvo una segunda detonación el martes siguiente al otro extremo de la misma calle Bakovic.

Otro familiar de Herrera dijo que aquello es falso y la acusación es injusta. “Ellos caminaban juntos siempre, eran una familia, lo que pasa es que han encontrado al más débil y porque está vulnerable lo están acusando”.

Según datos que manejaría la Fiscalía, Herrera tendría en su registro de llamadas telefónicas constantes contactos a su cuñada.

Tanto la Fiscalía, la Policía y el Ministerio de Gobierno manejaron varias versiones luego de la tragedia de Oruro.

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Primero se dijo que la mala manipulación de una garrafa de gas licuado provocó la explosión en el puesto de comidas. Sin embargo, esto no explicaba el tamaño de la onda expansiva y los daños humanos y materiales en toda una cuadra que ese sábado 10 de febrero dejó ocho muertos y 40 heridos, algunos con pérdida de la visión.

Con la segunda explosión del martes 12, con cuatro muertos, tres de una sola familia que visitaban la iglesia de Socavón, la versión cambió al uso de explosivos, probablemente dinamita, con anfo, un material utilizado en construcción y minería.

Desde el Gobierno y el oficialismo se habló incluso de “presuntos actos desestabilizadores de la ultra derecha”, tratando de politizar el caso como hizo el exministro Hugo Moldiz. Sus declaraciones fueron repudiadas por la opinión pública.

El mandatario Evo Morales incluso instruyó dar una recompensa de Bs 150, poco más de 20 mil dólares, a quien dé rastros de los autores de lo que ya se llamó “un atentado criminal”.

El ministro Carlos Romero, adelantaba la anterior semana que se estaba avanzando en esclarecer el caso y dijo que se podía advertir la figura de “un psicópata” detrás de los atentados.

Hoy, la versión vuelve a girar y señala a Herrera y un supuesto “triángulo amoroso” detrás de las muertes del carnaval de Oruro.

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