Escribe Hugo Marcelo Balderrama

En Bolivia: Capitalismo para los pobres, socialismo para los “Millennials”

Escribe Hugo Marcelo Balderrama

OPINIÓN | 7 Sep 2018

El fin de semana pasado, fui invitado por el Comité Pro Santa Cruz a dar una conferencia titulada “Capitalismo para los pobres en Bolivia”, entre los asistentes estaban políticos, profesores universitarios, dirigentes universitarios, plataformas del 21F y una delegación de la ciudad de El Alto, considerada uno de los núcleos duros del Movimiento al Socialismo e incondicional a Evo Morales.

La conferencia se desarrolló en un ambiente de cordialidad, hablamos de temas de fondo, por ejemplo: la posibilidad de dolarizar Bolivia, el impuesto único, la propiedad privada del subsuelo, el terrorismo tributario que sufren los pequeños empresarios, la necesidad de privatizar los partidos políticos y la apertura comercial.

En el momento del debate, para sorpresa mía, los jóvenes de la delegación de la ciudad de El Alto, fueron los más receptivos a las propuestas a favor del libre mercado.

Paradójicamente, los dirigentes universitarios de Santa Cruz, el centro empresarial de Bolivia, mostraron un total rechazo, argumentaron que es un deber del Estado otorgar salud, educación e impulsar la economía, sus argumentos fueron los clásicos clichés socialistas, por ejemplo: “La gente en Bolivia no está preparada para la libertad, se necesita un Estado fuerte”.

¿Cómo explicar ese contraste? ¿De dónde salen todos estos prejuicios contra el libre mercado? ¿Y de dónde toman sus falaces argumentos?

Las respuestas las brinda el libro “El capitalismo y los historiadores” de 1954, editado por el premio Nobel en economía Friedrich Hayek. El libro desmonta la leyenda negra sobre la Liga de Manchester, el mito de la explotación de las mujeres y los niños y las “agotadoras” jornadas de trabajo, adicionalmente, explica que los teóricos socialistas tomaron los prejuicios anti industriales de la aristocracia inglesa.

Por otro lado, mi amigo Agustín Laje, explica que los jóvenes han comprado, sin crítica alguna, todo el discurso de la nueva izquierda. Los “Millennials” son la generación que cambio la lucha de clases por la “defensa” de la mujer, el “derecho” al aborto, “la preservación del medio ambiente” y las políticas educativas “inclusivas”, estos sofismas son para el “milennial” sus pilares en los que sostiene su supuesta superioridad moral.

Lastimosamente, los hijos de la ciudad más empresarial de Bolivia pertenecen a este grupo, jóvenes que odian el mercado, pero aman el BMW que su padre les regala y no dejan la dependencia de la tarjeta de crédito familiar.

Contrariamente, la delegación de El Alto, son hijos de las familias que pertenecen a la economía informal, muchachos veinteañeros que trabajan desde su adolescencia y ven el sacrificio de sus padres por llevar el pan a su mesa.

Cuando expliqué que nosotros proponemos un modelo de país donde los pequeños mineros, los propietarios de Pymes y los comerciantes informales dejaran de ser perseguidos, que serán dueños absolutos de su riqueza y que la izquierda los engaña solo para conseguir poder, recibí la mejor distinción de mi trayectoria académica: “Gracias profesor por sacarnos de la mentira”.

Aparte de lo emocionante de la conferencia, también pude probar mi hipótesis, el nicho de mercado para la derecha son las familias que componen la economía informal, gente de paz y trabajo que tienen mucho que ganar con el libre mercado, los gobiernos limitados y la propiedad privada.

//*HUGO BALDERRAMA ES ECONOMISTA MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA//

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