MÁRQUEZ Y LAJE: INFORMARSE, FORMARSE Y ACTUAR PARA EXPIAR IDEOLOGÍA DE GÉNERO

La reivindicación de personas pasó a ser una ola política apoyada por grupos de poder y los Estados que hoy censurar a los individuos

Nicolás Márquez y Agustín Laje estuvieron una semana en La Paz y Oruro

SOCIEDAD | 15 Oct 2017

VISOR BOLIVIA / Redacción Central.- Los autores del Libro Negro de la nueva Izquierda, Nicolás Márquez y Agustín Laje, compartieron con Bolivia, su crítica a la ideología de género por ser una nueva imposición de los grupos mundiales de poder que usan a los colectivos de la diversidad sexual con objetivos de destruir el núcleo familiar y los valores de la cultura occidental. Para enfrentar esa ola política, los investigadores argentinos sugieren a la población informarse, formarte y actuar.

Las diferencias psicológicas, biológicas y científicas entre hombres y mujeres son tácitas, pero los promotores de este enfoque ideológico tratan de desvirtuar esa diversidad para generar una confusión mental en la gente, explicó Laje.

Esa confusión se sustenta, además, en las teorías socialistas de Karl Marx y luego Antonio Gramsci que insertaron en la sociedad los criterios de la lucha de clases y la lucha de ideologías, respectivamente.

La segunda supera a la primera en el contexto contemporáneo, pues esa “lucha” económica que se teorizó desde mediados del siglo XIX hasta finales del siglo XX, hoy ya no tiene cabida porque a la “clase obrera” ya no le interesa pelear con el “patrón” sino que busca su satisfacción individual en el día a día. Al perder ese caudal social, la “lucha” izquierdista se trasladó al ámbito de la ideología y la cultura.

Los colectivos de diversidad sexual se convierten en el “nuevo sujeto revolucionario”.

A la pregunta sobre la ideología de género como enfoque de liberación o imposición, Laje reafirma: “Es una imposición, porque no hay ideología de género sin estatismo. La ideología de género resulta tan absurda en muchas de sus cuestiones que sin el poder coercitivo de los estados no puede penetrar en el sentido común de los pueblos”.

En ese contexto, el escritor, politólogo y académico argentino detalló varios casos registrados en países de Europa en los que la ideología de género sobrepasa la “lucha de sexos” para pasar a la acción de censura y coerción desde el Estado contra la libertad de expresión, conciencia u objeción de los ciudadanos.

En España, por ejemplo, se suscitó una polémica por una campaña que iba destinada a establecer la diferencia sexual entre niños y niñas, pero que fue censurada desde el Estado por ir contra la “LGTBfobia”.

Un bus del movimiento Hazte Oír recorría las calles de Madrid con el lema: “Los niños tienen pene, Las niñas tienen vulva. Que no te engañen”.

Otro caso registrado en ese país es la censura a profesores que no acepten dar clases en base a la ideología de género o el proyecto presentado en mayo por el partido marxista Podemos de Pablo iglesias, aliado de Evo Morales y Alvaro García en Bolivia, que intenta multar con 200 mil euros a quien ofenda a una persona de la “diversidad sexual” y habla de decomisar y destruir los textos que vayan contra esa corriente que ya tiene su propia “federación estatal”, la FELGTB.
“Yo no tengo problema en que la gente quiera fantasear o autopercibirse como quiera, pero que el Estado no me obligue a pagarlo”, afirmó Laje para aclarar que este no es un tema de oposición o discriminación (delitos de odio, según la legislación de otros países) sino que se trata de advertir que el Estado usa recursos públicos, de todos, para financiar a estos colectivos minoritarios.

En Suecia, el legislador del Partido de Izquierda, Viggo Hansen, retomó la propuesta de 2012 para que los varones orinen sentados bajo el argumento que “miccionar sentados reduce problemas de próstata”, algo que ya se aplica en guarderías y escuelas de la ciudad de Sörmland y que es apoyado por los grupos LGBT.

En el país Vasco se llega al extremo de prohibir la práctica del fútbol en los colegios porque se fundamenta que el juego del balompié “territorializa con criterio de género el espacio recreativo”. Para Laje esos términos pomposos se convierten en tesis que el Estado luego adopta para someter al individuo.

Decenas de estos casos están documentados en el texto de Laje y Márquez “El libro negro de la nueva izquierda, ideología de género o subversión cultural” que les valió a ambos la etiqueta de “misóginos y homofóbicos” desde grupos radicales LGBT en Argentina que incluso los amenazan con violencia en las redes sociales.

Márquez agregó en el evento desarrollado en La Paz, que la ideología de género además de una imposición es una superstición que además acude a la violencia para afianzar su discurso.

“La fobia es una enfermedad psiquiátrica y las fobias están taxativamente clasificadas en los informes de psiquiatría. La homofobia es un insulto de carácter peyorativo con un rasgo tendientemente anticientificista que tiene la particularidad que los simpatizantes de la diversidad patologizan al disidente, porque lo tratan de padecer una fobia, es decir de ser un enfermo psiquiátrico”, explicó.

Todos estos movimientos son apoyados por entidades como la Organización de Naciones Unidas y financiadas por grupos de poder como las fundaciones de la familia Ford, George Soros o de Bill Gates que están detrás de los regímenes socialistas antioccidentales que coparon los gobiernos de América.

“Nosotros somos respetuosos de la libertad individual, cada quien puede hacer lo que quiera, cada uno puede sentir lo que quiera y llevar adelante su proyecto de vida. Cada uno tiene derecho a elegir su libertad sexual, absolutamente, es parte del derecho a la intimidad, pero entendemos que no toda actividad sexual es saludable ni se puede aplaudir”, enfatizó Márquez.

Ante el panorama que viven las naciones, ambos investigadores creen que eta puede parecer una batalla perdida, porque la ideología de género pasó de ser una reivindicación de personas a una ola política apoyada por el Estado y sus medios de coerción, censura y represión.

“Tenemos que informarnos y cuando estemos informados comenzar a formarnos para actuar”, fue la conclusión del evento.

Los investigadores brindaron cuatro conferencias para explicar el trasfondo de la ideología de género

FEMINISTAS IRRECONCILIABLES

La líder del movimiento Mujeres Creando, María Galindo, y la presidenta de la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales, Wendy Molina, protagonizaron un escándalo antes del Foro Libertad Vida y Familia sobre el “Enfoque de Género” desarrollado el pasado jueves en el Teatro 16 de Julio.

La polémica estalló porque los organizadores, que habían invitado a Galindo en primera instancia, luego convocaron a Molina para realizar el debate entre dos exponentes a favor y dos exponentes en contra de la llamada ideología de género.

“Yo no tengo nada que ver con la señora, con la otra señora invitada, yo soy parte de Mujeres Creando”, dijo Galindo, mientras Molina solo atinaba a ver los hechos desde su butaca.

“Hay alguien del grupo LGBT o afín a las ideas de la señora que se anime a reemplazar el lugar de quien se escondió para debatir dos contra dos”, preguntó Nicolás Márquez.

Los asistentes animaron a Galindo a subir al escenario, incluso le sugirieron nombres para que alguna de las presentes la acompañe en el debate pactado de “dos contra dos”

“Si estos señores, dueños de la escena no resuelven en los próximos minutos, yo me voy a retirar”, agregó la caudillo de Mujeres Creando. El moderador, que luego dejó el evento, insistió y Galindo dijo “yo estoy aquí presente y dispuesta”, pero al final y tras cinco minutos de confusión, la psicóloga y radialista sentenció “que conste en honor a la verdad que aquí estoy presente”.

“Yo no tengo nada que ver con la señora Molina y su organización (…) este es un manoseo y maltrato”, acotó Galindo y dejó la sala.

El alboroto provocado por las feministas concluyó con Molina que a insistencia de la gente pasó al frente para cuestionar a los organizadores por haberla invitado con solo 24 horas de anticipación para preparar su exposición y agregó que a ella no le interesaba ser parte de ese debate.

“Yo represento a una organización la cual tiene bases, yo hablé con las bases y me pidieron que no participe de este evento. A mí me han hecho llegar una carta anoche, me ha llegado el día de ayer pidiendo una exposición para que participe en este debate. Es una falta de respeto que me llegue un día antes”, explicó y se fue del teatro.

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