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FFAA: hay oficiales de Chapare con el grado de capitán

SEGURIDAD | 10 Oct 2021

"Se hablaba de un 10, 20 hasta un 30% de los cupos. Es decir, de 100 cadetes, 30 podían ser indígenas, campesinos u originarios" 

EL DEBER.- Evo Morales lanzó en 2008 el Programa de Igualdad de Oportunidades (PIO) en las Fuerzas Armadas (FFAA). El plan tenía como objetivo la inclusión de indígenas y campesinos en unidades militares de aprendizaje, con ingreso directo a las instituciones, sin presentar exámenes. Con la aplicación de la norma, varios jóvenes de Chapare obtuvieron acceso a escuelas de formación de oficiales, como el Colegio Militar de Aviación, el Colegio Militar del Ejército o la Escuela Naval Militar. Este programa también se aplicó en unidades militares de suboficiales y sargentos.

El presidente del Senado, Andrónico Rodríguez (MAS), explicó que debido a este programa se logró que jóvenes del trópico de Cochabamba ahora sean oficiales militares. La primera promoción está a un año de ascender al grado de capitán, en el caso del Ejército y de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), y teniente de navío, en el caso de la Armada Boliviana.

“Sí, es verdad. Tenemos dentro de las filas de las Fuerzas Armadas (FFAA) compañeros nuestros que están (ahora) de tenientes y subtenientes. Es algo que no veía tanto en las filas de la fuerza de orden policial, como en las Fuerzas Armadas. Esto es un cambio radical desde 2005, 2006 y 2007 tuvieron la oportunidad de ingresar a la Academia de Policiales y de las FFAA”, afirmó el presidente del Senado y también dirigente cocalero de Chapare, Andrónico Rodríguez, cuando inició su gestión al frente de la Cámara Alta.

En 2008, el entonces presidente Evo Morales instruyó que jóvenes bachilleres campesinos, indígenas y originarios puedan ingresar a los colegios militares. En 2013 se graduó la primera promoción con cadetes campesinos, indígenas y originarios. Estos oficiales están a un año de ser capitanes o tenientes de navío. Sin embargo, esta iniciativa se fue desviando de su esencia. Hubo denuncias de venta de cupos por parte dirigentes sindicales y gracias al PIO ingresaban jóvenes que no eran ni campesinos ni indígenas. Ahora, el programa está en observación, pero existe la intención de mantenerlo.

El abogado Jorge Santistevan, que es coronel del Ejército en reserva, explicó que el PIO inició con el objetivo de dar oportunidades a jóvenes del área rural en las escuelas militares. El jurista consideró que el plan inició mal debido a que se interpretó como un acto de discriminación el nivel de conocimiento que tenían los jóvenes campesinos e indígenas respecto a la educación militar.

“Ellos tenían un cupo especial. Se hablaba de un 10, 20 hasta un 30% de los cupos. Es decir, de 100 cadetes, 30 podían ser indígenas, campesinos u originarios. Eran incluidos en una lista que presentaban las organizaciones sociales al Comando en Jefe de las FFAA. El Comando en Jefe los admitía y los derivaba a las academias y colegios militares”, explicó el abogado Santistevan.

Derivados a las unidades

Luego de presentar la lista, la máxima autoridad militar derivaba a los jóvenes a las diferentes unidades militares. Los clasificados tenían que nivelarse durante diez meses para recién iniciar la carrera militar. Eso no pasa con los jóvenes bachilleres que no son autodefinidos como indígenas o campesinos.

“Se los ponían en igualdades de condiciones a nivel educativo. Luego de dar sus exámenes, que en realidad todos pasaban, y empezaban la carrera militar. Ya egresaron unas seis promociones y están en el grado de tenientes y están a punto de ser capitán. Hay un número considerable de oficiales que salieron con este programa y están a la mitad de su carrera”, afirmó el abogado y coronel del Ejército en reserva.

El jurista detalló que el PIO no funcionó porque al final lo manejaban para beneficios personales dirigentes de sectores sociales, diputados y senadores. Santistevan relató que se cobraba dinero para incluir a jóvenes en las listas. “Había gente que no formaba parte de la clase campesina y por eso ese programa fue un fracaso”, dijo.

Un coronel en funciones, que pidió no publicar su identidad, explicó que los tenientes y subtenientes que se acogieron al PIO hoy tienen “cargos de privilegios” en unidades militares. El oficial confirmó que hay hijos de dirigentes cocaleros y que esos oficiales son destinados a Chapare sin hacer mucho trámite.

“Tienen cargos privilegiados, con bonos. Son comandantes de unidades pequeñas, pero para llegar a ese cargo hay que pasar por abajo. Tengo información que estos oficiales ascienden a unos 200, ya que ese programa funcionó como seis años y entraban como 100 cadetes, pero en el camino fueron saliendo”, relató el militar.

“El fin es contar con unas Fuerzas Armadas (FFAA) representativas de la sociedad boliviana, por esto, es necesario promover, tanto en la población civil como militar, el concepto de integración, plurinacionalidad e igualdad de oportunidades con el objeto de lograr la profesionalización de jóvenes y señoritas con vocación de servicio a la patria, en carreras militares, fortaleciendo así la seguridad, defensa y soberanía del Estado Plurinacional de Bolivia”, decía parte de la convocatoria de 2010 para los jóvenes que quieran acogerse al PIO.

Amílcar Barral, exdiputado de oposición, fue parte de los denunciantes que se hicieron en su momento contra dirigentes sindicales afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) por venta de cupos a las escuelas militares. El exlegislador dijo que no solo ocurría en el campo militar, sino también en universidades de convenio.

“No teníamos por qué objetar. Yo era partidario de que los jóvenes indígenas y campesinos ingresen al Colegio Militar ¿Por qué no? Pero estos señores como a todo le ven negocio, ya empezaron a desviar ese programa y se supo en 2012, si no me equivoco, que vendían cupos. O sea, un joven que no era indígena ni campesino había ingresado pagando a los sectores del MAS con ese programa. Y no solo pasó eso en unidades militares, también pasó en universidad donde tenían convenios. Por eso fracasó ese programa”, dijo Barral.

Para ingresar con el PIO se debían cumplir seis requisitos. El primero: “Ser boliviano (a) de origen y pertenecer a uno de los pueblos indígenas originarios campesinos”. El segundo era ser soltero, no tener hijos y no estar embarazada, en el caso de las mujeres. El tercer requisito era tener entre 18 y 21 años. El cuarto haber realizado el bachillerato en unidades educativas del área rural. El quinto era tener un promedio general igual o mayor a 55 puntos en los últimos cuatro cursos de secundaria. Y el último requisito era tener dominio absoluto de un idioma originario y conocimiento de español.

Además, había otros dos tipos de requisitos. El físico y médico, que pedía gozar de buen estado físico y tener un estado sicológico compatible a la carrera militar. Y también había los “requisitos morales”, que pedía a los jóvenes tener “condiciones morales honorables” y no tener antecedentes criminales en la Policía.

Temor en la oposición

El Ministerio de Defensa, a través de la Unidad de Interculturalidad e Igualdad de Oportunidades, era la entidad que lanzaba las convocatorias para que los jóvenes puedan acogerse al PIO. En esta unidad existe la intención de reimpulsar el programa, pero por el momento no se lo ejecuta.

El diputado Alejandro Reyes, de Comunidad Ciudadana (CC), expresó su preocupación por los oficiales que egresaron con el PIO y que según el legislador tienen orientación política. “Conocemos que hay militares de Chapare, no digo que no tienen derecho a ser militares los pobladores del trópico (de Cochabamba), pero lo preocupante es que estos oficiales actúen políticamente al interior de las Fuerzas Armadas, eso es un riesgo”, dijo el legislador.

Mientras, la senadora Virginia Velasco, del MAS, consideró que cualquier ciudadano boliviano tiene el derecho de estudiar en universidades y escuelas militares para tener una profesión. Sobre el PIO, la legisladora señaló que con ese programa se ayudó a jóvenes indígenas y campesinos para que ingresen a la carrera de armas.

“Antes acaso se veía un indígena o un campesino en las Fuerzas Armadas. Les cerraban las puertas porque había discriminación y racismo contra el joven del campo. Hoy vemos oficiales que son orgullosos de sus raíces”, aseveró la senadora Velasco.

Por su parte, el viceministro de Descolonización, Pelagio Condori, consideró que el PIO debería ser reimpulsado para dar oportunidades a jóvenes del área rural del país. “Esa oportunidad no debe ser manchada con la corrupción”, dijo la autoridad.

//FUENTE: EL DEBER//

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