TODA LA TENSIÓN DE THE BEATLES EN LA PRODUCCIÓN DE THE WHITE ALBUM

ARTE&SHOW | 14 Sep 2017

VISOR BOLIVIA / Jhona Drako Buendia.- A todos nos toca pasar por las etapas naturales de la vida, nacer, crecer, adolecer, buscar, envejecer y morir. No hay salida ni atajos, es el camino de vivir y existir, a todos nos toca enfrentar los grandes y pequeños dilemas de esa naturaleza. Uno de esos dilemas, por increíble que parezca, para los que amamos la música, es elegir entre toda la discografía de una banda, compositor, instrumentista, etc., un solo disco para defender a capa y espada. No hay salida a esa naturaleza, a todos nos toca.

“¿El mejor disco de esta banda es...?” Muchas veces se convierte en una pregunta sin respuesta, me ha pasado con Peter Gabriel, me ha pasado con George Harrison, me ha pasado con Alice Cooper, ¡virgen santísima!, pase noches sin dormir tratando de decidir cuál es el mejor álbum de X Japan. La salida más sencilla y se podría decir la más cobarde, es recurrir al podio imaginario: oro, plata y bronce. Lógicamente elegir tres es más fácil que elegir solo uno y la banda que recordamos este jueves necesita obligatoriamente este viejo y confiable podio y claro no faltan los obsesivos que con golpe de palma en la mesa afirman que toda la discografía de éste cuarteto es buena y de vital importancia. Lo cierto es que el disco que escucharemos hoy sí es de vital importancia, lo he movido de mi podio imaginario estratégicamente durante años, tomando en cuenta el tono del debate en fiestas y convivios. Ha cambiado rumbos, ha hecho escuela, si en el tiempo y espacio existen paradojas estilo Back to the future seguramente es por este álbum doble. 

Este jueves escuchamos el homónimo de los “Bedols”, más conocido como The Beatles (The White Album).

Este viene a ser el noveno trabajo de estudio de los ingleses, un disco polémico, experimental, de portada exageradamente minimalista y muy arriesgado, ya que vino a continuar a un muy colorido y comercial "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" y de remate, es un disco doble, suficientes referentes para abrir los ojos con expresión de susto.

En 1968 los Beatles gozaban de pleno orgasmo comercial y de popularidad a nivel mundial gracias al Sargento Pimienta, disco que todos sabemos fue resultado de prolongados baños de LSD. Para el siguiente trabajo, Lennon, McCartney, Harrison y Starr deciden calmar las aguas, alejarse de todo y de todos, sin excesos ni paranoias, y qué mejor manera de lograr este objetivo que asistir a un curso intensivo de meditación trascendental con el Maharishi Mahesh Yogi en Rishikesh, India, un lugar alejado para relajarse solo en compañía de marihuana, entre febrero y abril de 1968.

En este lapso se escribieron la mayoría de los tracks del álbum blanco, algo que destacó fue la evolución como compositor de George Harrison, quien junto a Lennon fueron los más interesados y aplicados en la meditación y la cultura hindú, Ringo dejó el curso a medias por problemas con el menú diario.

Alrededor de cuarenta canciones fueron escritas por la banda en este período en Rishikesh, de las cuales 26 fueron grabadas de modo casero en una sesión en la casa que George Harrison tenía en Esher, varias de estas grabaciones en demo salieron posteriormente en el Antology III.

El 30 de mayo de 1968 los Beatles entran a EMI Studio para grabar lo que sería el Álbum Blanco. Una nueva metodologías de grabación sería implementada por la banda, en vez de ensayar y grabar en limpio cada track, decidieron grabar todos los ensayos e improvisaciones para añadir finalmente overdubs a la mejor toma, usando una grabadora de ocho pistas y ya de cuatro, esto sin la autorización y aprobación de EMI Studio, experimentando primero con "Hey Jude" y "Dear Prudence".

En este punto de cielo despejado, The Beatles comienzan a ser invadidos por nubes de tormenta, porque en estas sesiones de grabación hace su aparición la nueva pareja de Lennon, Yoko Ono, por primera vez en las grabaciones de los Beatles estaba presente una persona completamente ajena a la grabación y producción de un disco. Los demás integrantes no se dejaron esperar, la novia de Paul McCartney, Francie Schwartz, también se hizo presente en algunas sesiones, así también las esposas de Ringo y George, Pattie Harrison y Maureen Starkey, respectivamente.

Estas sesiones de grabación aparte de traer consigo el agotamiento físico y estrés acostumbrados, trajo la individualización definitiva en The Beatles, principalmente por la intención de Lennon y Ono de resaltar a toda costa, completando el paquete con un fuerte consumo de heroína.

La mezcla de cada canción se hacía por separado, mientras McCartney trabajaba con un track en un estudio, Lennon trabajaba con otro track en otro estudio, cada uno con ingenieros diferentes, la tensión era tal, que no podían ni verse, la dupla que le proporcionaba toda la fuerza a The Beatles hasta ese entonces se había roto por completo, Lennon y McCartney no podían trabajar como en los viejos tiempos con la presencia de Yoko Ono en medio. Ringo Starr dejo el estudio de la noche a la mañana, cansado de tener que esperar en el lobi su turno para grabar en la sala donde nadie esté peleando. Este suceso hizo que The Beatles olviden un momento sus problemas y empiecen un trabajo serio en grupo, le rogaron a Starr que volviera y él aceptó, como bienvenida Harrison decoró su batería con flores blancas, azules y rojas. Finalmente, de los 30 tracks que tiene el disco, solo 16 fueron grabadas en grupo por The Beatles.

El álbum salió al mercado el 22 de noviembre en Gran Bretaña y el 25 en EEUU, se había pensado en el nombre "A Doll's House", pero la idea se descartó cuando se enteraron de la salida del disco "Music in a Doll's House" de la banda progresiva Family. El empaque del disco fue diseñado por Richard Hamilton, quien con la ayuda de McCartney crearon la contrapropuesta a la colorida portada de "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band", en este caso le portada es completamente en blanco, con un relieve de The Beatles y un número de serie estampado, sin contar con los ejemplares que se han subastado. Tener a la fecha un número de serie del Álbum Blanco entre 0000001 y 0000010 es literalmente tener oro puro en las manos.

Esta ha sido una charlita flash de lo más destacado que implica escuchar el White Album, hablar de The Beatles es un sentimiento apasionante y de no acabar, me encanta hacerlo, sobre todo con sus detractores, esos que los tratan de simples y afortunados, siempre, pero siempre terminan aceptando que sin su música y sus discos, la música, el Rock y la misma historia, no sería la que conocemos ahora.

Escuchemos este jueves el “blanquito” de los “Bedols”. ¿Track favorito?

//@VisorBolivia/ #JhonaDrakoBuendia//