Escribe Carlos Armando Cardozo

Del Dutch Reich al Estado Plurinacional

Escribe Carlos Armando Cardozo

OPINIÓN | 10 Dic 2020

Conforme pasan los días la presión sobre el presidente Arce es mayor, las demandas de la Empresa Privada, Central Obrera Boliviana y sectores sindicalizados en relación a la crisis económica nacional son una constante ya cerrando la gestión 2020.

Diferimientos de Créditos, Flexibilización en el Pago del Aguinaldo y la liberalización total de la economía a las últimas restricciones relacionadas a la pandemia del COVID-19 en cuanto a horas de circulación y actividades económicas permitidas, forman parte del pliego petitorio de los sectores movilizados.

En contraposición Arce, solo atina a lanzar un paquete económico insuficiente que apenas le permitirá sortear con mucha turbulencia los últimos días de la gestión 2020. Mientras tanto el presidente exige que la condonación de la deuda externa a los Organismos Internacionales y facilitar aún mayores flujos de crédito para poder reactivar la diezmada economía interna y dar un alivio al descascarado y golpeado Estado Plurinacional.

Similar desafío tuvo la Alemania que recibió Hitler al momento de asumir como Canciller del Reich, nombrando a Hjalmar Schacht (Ex miembro del Partido Democrático Alemán) como presidente del Reichbank (Banco Central del Imperio Alemán) y posteriormente Ministro de Economía. La inventiva de Schacht fue tal que pudo sortear las restricciones al préstamo de su institución con el Gobierno (100 MM de marcos reales según sus estatutos) a partir de Bonos Privados otorgados por 4 empresas fabricantes de Armamento (Krupp, Siemens , Gutehoffnungshütte y Rheinmetall) constituidos bajo una nueva y flamante compañía o “MEtallurgische FOrschungsgesellschaft” o MEFO por su siglas en alemán. Las empresas en cuestión aportaron un capital social de manera equitativa de 250.000 marcos reales que ascendían a un total de 1 millón de marcos reales.

El Reichbank otorgó las facturas MEFO (una suerte de pagaré a 5 años) a la flamante compañía a cambio del millón de marcos reales. Esto no solo dio liquidez al gobierno alemán sino también abrió una nueva forma de inyectar liquidez al sistema sin generar inflación, más temprano que tarde, las facturas MEFO empezaron a circular como una moneda paralela al marco (MEFO-Wechsel), una vez el gobierno nazi estuvo instaurado se deshicieron de estos papeles.

Las facturas MEFO permitieron “monetizar” deuda que era necesaria para reactivar la industria alemana (principalmente armamentista) garantizar el pleno empleo y lograr un crecimiento entre 1933-1939 en el PIB de nada menos del 50%. Paralelamente la economía alemana paso por un modelo de planificación central, donde la fuerza del partido nacional socialista fue crucial para doblegar cualquier sindicato y asumir el rol que debería dentro de este plan maestro. Las empresas privadas no fueron avasalladas por el Gobierno alemán de manera violenta, fue más bien un proceso progresivo y casi imperceptible. La presencia de miembros del gobierno alemán en las esferas directivas del sector privado da cuenta de que el supuesto modelo “capitalista” que se le ataña al Nazismo no es más que una interpretación malintencionada de los fundamentos mismos que rigen en el mercado.

El gobierno alemán tuvo participación en la “privatización” de 4 de los principales bancos nacionales: Commerz-und Privatbank, Deutsche Bank und Disconto-Gesellschaft, Golddiskontbank y Dresdner Bank, posteriormente el año 1938 cuando las facturas MEFO debían hacerse efectivas, el Reichbank conmino (por métodos dudosos) a los bancos comerciales a comprar bonos del gobierno haciendo uso de las cuentas de ahorro y compañías de seguro, otorgando la liquidez suficiente para saldar sus deudas.

El saldo una vez las facturas MEFO fueron desestimadas como moneda paralela fue una deuda de 19.000 MM de marcos reales más 12.000 MM de marcos reales en “billetes MEFO” que por obvias razones no fueron contabilizados oficialmente.

Volviendo al quehacer nacional, Arce se encuentra en una posición similar a la de Alemania de los años 30s, un endeudamiento insostenible que se proyecta llegue al 65% del PIB, caída de las reservas internacionales (5.393 MM de dólares americanos con una liquidez menor a los 3.000 MM de dólares americanos), déficit fiscal al 12% del PIB, una contracción del PIB proyectada del 8,4% y un desempleo en 12% en el área urbana.

Al igual que Hitler con Schacht, Arce y Montenegro (Ministro de Economía y Finanzas) se encuentran ante el desafío de reactivar la economía, no teniendo empresas privadas alineadas como las que viabilizaron la MEFO en Alemania, pueden apelar a un instrumento financiero similar a las facturas MEFO para canalizar liquidez hacia el Gobierno Nacional deficitario, la pregunta es ¿de dónde pueden surgir esos fondos milagrosos? Sencillo, el Fondo de Pensiones, recursos de los trabajadores para la seguridad social que duermen el sueño de los justos en el sistema financiero nacional, por los bajos rendimientos (por debajo del 1% anual). Con un Endeudamiento Global que ronda el 54,46% del PIB (22.111,10 millones de dólares), todos los caminos apuntan a Roma, las AFPs podrían sufrir artilugios similares a los de Schacht en sentido que el Estado bien podría hacerse de liquidez a costa de nuevos “instrumentos financieros” que podrá ceder por 5 años o más hasta que analice su próximo paso.

Actualmente el Gobierno boliviano tiene obligaciones directas e indirectas con las AFPs por un monto de 2.973,72 millones de dólares (7,3% del PIB a precios corrientes del 2019), así que bien podría ampliar esta brecha de endeudamiento interno evitando la emisión inorgánica inicialmente cayéndole a los Fondos de Pensiones, recordemos que la Gestora Social es la nueva responsable de administrar dichos fondos, una primera medida podría ser comprometerse con el Gobierno a través de la compra de algún nuevo “instrumento financiero” respaldado por el propio Estado. Así como lo oye un préstamo donde el prestamista asume también de garante, un caso de Ripley.
El Reich Alemán tuvo clara la figura, reencaminar la industria armamentista para llevar adelante sus planes expansionistas bajo la bandera Nazi en la 2da Guerra Mundial. Mientras que el Estado Plurinacional, tiene una guerra menor, que lo enfrenta con enemigos propios creados luego de 14 años de despilfarro y excesos.

//*CARLOS ARMANDO CARDOZO LOZADA es economista, máster en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático y presidente de la Fundación Lozanía//

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